martes, 23 de febrero de 2010

Quién nos gobierna ? -Gral. FAP Alberto Thorndike-

Cada uno de los párrafos de la segunda carta abierta dirigida al Presidente de la República escrita por el Mayor General FAP Carlos Enrique Ordóñez Velázquez, transmiten conceptos y argumentos en los que le hace ver a quien hoy día nos gobierna:

1.- Que actúa sin rumbo y con engaños pero con la persistencia de perjudicar, hostilizar y enfrentar a las Fuerzas Armadas y Policiales al sabio pueblo peruano, ya la financiación del bono otorgado no es en desmedro de la construcción de carreteras y escuelas sino con fondos fiscales asignados a los propios ministerios de Defensa y del Interior.

2.- Que los miembros de las FF.AA. y PNP, no vamos en busca de prebendas ni excepciones y para ello expone con claridad que es necesario y justo que en la comisión que se encargará de estudiar y proponer la reestructuración del sistema remunerativo y de pensiones de las FF.AA. y de la Policía Nacional, también sean considerados "las asociaciones de Oficiales, Técnicos y Suboficiales de las FF.AA. y de la PNP y con representantes de la Comisión de Defensa del Congreso, pero no del oficialismo".

Esta recomendación --que es una exigencia-- se basa en los alcances del artículo No. 26º de la Constitución que dicta:

"En la relación laboral se respetan los siguientes principios:

1. Igualdad de oportunidades y sin discriminación.

2. Carácter irrenunciable de los derechos reconocidos por la Constitución y la ley.

3. Interpretación favorable al trabajador en caso de duda insalvable sobre el sentido de una norma.

Abundando en ello, tenemos el tercer parágrafo del artículo No. 23, que norma: "Ninguna relación laboral puede limitar el ejercicio de los derechos constitucionales, ni desconocer o rebajar la dignidad del trabajador".

Es harto discutible, y hasta impropio, que se pretenda que sólo tres ministros resuelvan tan espinoso y diferido tema, esto no da garantías que resulte un trabajo justo y transparente, hay que tener en cuenta que se van a discutir y acordar derechos y obligaciones de ambas partes, de no tomarse en cuenta este derecho constitucional quedaría confirmado, una vez más, que los miembros de las FF.AA. y Policiales, y sus familias, somos los hijos espurios del Poder Ejecutivo, este menoscabo y deshonra también ya terminó en el ámbito social-legal por mandato preciso de la Constitución, artículo No. 6, último parágrafo que dicta: "Todos los hijos tienen iguales derechos y deberes". Es decir, no existe diferencia entre unos y otros.

3.- Respecto a LA PROBLEMÁTICA SITUACIÓN DE LA CAJA DE PENSIONES MILITAR POLICIAL, el señor General FAP Ordóñez Velázquez, hace una síntesis magistral de la situación actual de la misma puntualizando la mayúscula deuda del Estado a la CPMP (S/. 1,300´453,000.00), y con un método docente-alumno señala y enseña al Presidente de la República y a la novel señora ministra de Economía, que tienen y/o manejan escasa información sobre este tema, por ignorancia u oscuro interés.

Señor Presidente, así como puntualmente paga la deuda externa, igualmente honre la antigua deuda a la CPMP, recuerde, y usted lo sabe muy bien, ya no hay hijos espurios en el Perú.

Alberto Thorndike Elmore
Mayor General Fuerza Aérea del Perú
DNI 08223714

SEGUNDA CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE ALAN GARCÍA

Señor Presidente:

Hace unos días le dirigí una carta abierta en la que le hacía ver -en forma sencilla- que a pesar de ser el Jefe Supremo de las FFAA y PNP, tal como lo establece la Constitución, sus afirmaciones sobre el reajuste de salarios del personal de las FF.AA. y de la Policía Nacional habían ido cambiando errática y demagógicamente.

Lamentablemente, no me equivoqué pues con su proceder, usted sigue desdiciéndose de los planes y promesas hechas cuando se encontraba en campaña electoral.

Esta bonificación que ha dispuesto para las FF.AA. y la PNP mediante el Decreto de Urgencia Nº 014-2010, es solamente un minúsculo paliativo a las necesidades que tiene el personal de dichas instituciones de recibir una justa remuneración; sobre todo el personal subalterno. Además, como dispone el artículo 4º del dispositivo arriba citado, dicho bono será financiado con cargo a los presupuestos de Defensa y del Interior, sin demandar recursos adicionales al Tesoro Público.

Si esto es así, le pregunto: ¿Por qué al anunciar su otorgamiento dijo usted que había dispuesto su entrega después de un minucioso estudio del presupuesto nacional y de las obras públicas… habiendo hecho reserva de recursos y postergando algunas inversiones? Yo se lo puedo decir: Lo hizo utilizando el arte de la demagogia y del engaño. Un discurso que pretende hacerle creer al pueblo que se están postergando obras como carreteras, postas médicas, escuelas, etc., y todo por darles un bono a los militares, no es más que una vieja táctica suya, la de enfrentar a unos con otros para obtener réditos políticos. Pero el pueblo no es tonto, presidente. El pueblo peruano se ha dado cuenta de esta burda maniobra y está apoyando a sus fuerzas armadas y a su policía.

Además presidente, esto ha sido tomado por la inmensa mayoría de sus miembros, como una burla y como un signo inequívoco del profundo desprecio ancestral que tiene usted por las Fuerzas Armadas y la Policía. Es decir, además de mantener diezmada la capacidad operativa de las fuerzas armadas, ahora afrenta usted la moral del personal militar. ¡Craso error señor García! Tener equipamiento inadecuado e inoperativo ya es malo, pero ahondar esta situación burlándose del personal, no tiene nombre. Usted no se da cuenta, pero esto le va a reventar en la cara.

Pero lo peor que ha hecho usted es crear diferencias donde no las hay. Al disponer que el bono llamado: “Compensación por Defensa, Seguridad Nacional y Orden Interno”, se entregue (por única vez) sólo al personal en situación de actividad a partir del grado de Comandante hasta el de Suboficial de Tercera (o equivalentes) y al personal lisiado o discapacitado en combate así como a las viudas, no hace sino confirmar su absoluta ignorancia de lo que es la naturaleza de la labor militar. O acaso… ¿usted cree que el personal en retiro no tiene iguales o mayores necesidades que el personal en actividad? ¿Por qué hace usted esa diferencia?

No puede usted negar que su propósito es crear desunión y enfrentamiento entre sus miembros. Pero, no se equivoque; el personal en situación militar de retiro nunca va a ver mal que a sus compañeros en actividad se les entregue ese bono, aunque sea una ínfima cantidad. Lo que si vemos mal, pero muy mal, es su accionar señor presidente, el que haga usted esas distinciones. Diferencias que no pueden ni deben presentarse. Sino veamos:

· El personal en retiro ha dado también su cuota de sacrificio en su momento. Muchos de ellos han sido vencedores en Falso Paquisha, mientras usted estaba bien acomodado en su curul.

· Muchos de ellos también combatieron en la Guerra del Cenepa en inferioridad de condiciones, entre otros motivos - y citando el libro “Pájaros de alto vuelo” de Carlos Malpica - por la venta, bajo oscuras condiciones, de doce (12) aviones Mirage 2000 y todo su armamento. Dicha venta fue anunciada por usted al tomar el mando en 1985.

· El personal que se encuentra en retiro actualmente, también es aquél que peleó y GANÓ en la lucha contra el terrorismo en los momentos más duros de la demencial arremetida del senderismo entre 1980 y 1995. ¿Pero mientras tanto que hacía usted presidente? Se lo vuelvo a recordar: usted destrozaba la economía nacional y llevaba al país del 85 al 90 a la inflación más grande de su historia.

· Por otro lado, es indudable que el personal que sufrió mutilaciones y las viudas de aquellos que resultaron muertos en combate, requieren de una atención de parte del Estado en agradecimiento a su enorme sacrificio. Eso no está en discusión. El problema está en la discriminación que usted hace.

· En ese sentido yo le pregunto presidente García: ¿Aquellos que no tuvieron la “suerte” de perder una pierna, un brazo, un ojo (o ambos), o los que no murieron en combate, deben ser ignorados acaso? ¿Se trata de un castigo para aquellos que, ganando una guerra, regresaron a casa ilesos?

· Usted se ha olvidado del principio constitucional que dice que pueden expedirse leyes especiales porque así lo exige la naturaleza de las cosas, pero no por razón de la diferencia de personas.

Por eso, esta disposición del Ejecutivo, contrariamente a lo calculado por usted, no va a ser aplaudida por el personal en actividad y menos por los lisiados y las viudas, pues además de tratarse de un “caramelito” que se diluirá rápidamente, ellos saben que se está cometiendo una injusticia con sus camaradas de armas.



LA REESTRUCTURACIÓN DEL SISTEMA REMUNERATIVO Y PENSIONARIO DE LAS FF.AA. Y DE LA POLICÍA

Por otro lado, ha anunciado usted que se va a conformar una comisión encargada de estudiar y proponer la reestructuración del sistema remunerativo y de pensiones de las FF.AA. y de la Policía Nacional; sin embargo, vemos que esa comisión está integrada por los representantes de la Presidencia del Consejo de Ministros, del Ministerio de Economía y Finanzas, del Ministerio del Interior y del Ministerio de Defensa, es decir, por un equipo de personas dependientes todas del Ejecutivo, además de una Secretaría Técnica encargada a una persona de reconocido prestigio. Esperemos que no se trate de algún prestigioso miembro del partido del pueblo (¿?).

En este punto debo resaltar lo siguiente: Cuando paralizaron los gremios de transportes, las comisiones de alto nivel del gobierno se reunieron con ellos y llegaron a un acuerdo. Cuando el turno le correspondió al gremio de construcción civil, igualmente y en forma reactiva han debido acordar con aquél. Y así lo han hecho con todos los gremios y con las comunidades campesinas y nativas de la selva, logrando inclusive derogar leyes o decretos legislativos que consideraban nocivos o injustos para sus intereses.

La pregunta lógica sería: ¿Por qué no conforman esta comisión también los directamente afectados? La respuesta cae por su propio peso: porque los militares y policías no pueden hacer huelga, ni hacer paros, ni tomar carreteras ni otras medidas de fuerza. Es por eso que este gobierno abusivo mira despectivamente a los miembros de las fuerzas del orden y no los considera para asuntos tan trascendentales como este. El ministro de defensa podrá tener buenas intenciones pero, finalmente sucumbirá ante el poder de quien lo puso en el cargo.

Es por eso que, a pesar de contar con una propuesta trabajada durante la administración del Ministro Wagner, la cual aparentemente ha sido dejada de lado; le hago ver señor presidente, la imperiosa necesidad de contar en esa nueva comisión, con representantes de las asociaciones de Oficiales, Técnicos y Suboficiales de las FF.AA. y de la PNP y con representantes de la Comisión de Defensa del Congreso, pero no del oficialismo.



LA PROBLEMÁTICA SITUACIÓN DE LA CAJA DE PENSIONES MILITAR POLICIAL

En lo que respecta al Sistema de Pensiones presidente, su novel ministra de economía ha afirmado que se trata de un “sistema quebrado”, mencionando la posibilidad de cambiar la administración previsional de la Caja de Pensiones Militar Policial, por una Administradora de Fondo de Pensiones (AFP), y además ha mencionado la intención de cancelar la llamada Cédula viva. Por ese motivo me veo en la necesidad de aclararle a usted y a su ministra aspectos que al parecer no son de su conocimiento o que ambos están pésimamente asesorados, lo cual, al tratarse de una segunda administración, en su caso es imperdonable.

1. Comenzaré tratando el punto referido al sistema pensionario, es decir: ¿Por qué el sistema de pensiones debe funcionar como lo establece la ley 19846 y no a través de una AFP, tal como lo ha propuesto la ministra Aráoz?

La ministra debería saber que la Tasa de Siniestralidad para el caso de personal de las fuerzas del orden se encuentra, en el último quinquenio, en una cifra alrededor del 27%. Esa tasa de siniestralidad es producto de la naturaleza de las operaciones militares y policiales, un régimen y modalidad de trabajo diferente a otros regímenes públicos o privados y que deben conocer y comprender tanto usted como su ministra. Con dicha tasa ninguna AFP podría sostener un sistema de carácter solidario, es decir un sistema de reparto y capitalización colectiva como lo es la CPMP y como lo son los sistemas pensionarios de personal militar tanto de los países de la región como de países de otras latitudes cuyos gobernantes si entienden el tema.

El sistema de AFP’s no es solidario. Funciona a través de una Cuenta de Capitalización Individual (CCI) por lo cual un suboficial u oficial que en sus primeros grados sufra un siniestro o muera en acto o con ocasión del servicio, tendría una CCI muy baja que no permitiría cubrir sus requerimientos o los de su familia.

2. Como segundo punto es necesario hacer saber a la opinión pública el porqué de la actual situación caótica de la CPMP; situación que es de su conocimiento, pero que por falta de decisión o por cálculo político permanece en ese estado:

* Al comenzar este sistema en enero de 1973, la Tasa de Aporte era del 6%, correspondiéndole 3% al miembro aportante y 3% al Estado. Esta tasa debía haberse actualizado conforme iba ingresando más personal al sistema y de acuerdo a estudios actuariales que debían formularse cada cinco (05) años.
* En el año de 1979 y después del estudio actuarial respectivo se incrementó la tasa de aporte al 12%, correspondiéndole 6% al aportante y 6% al Estado. A partir de ese año comenzaron los problemas, pues el aporte correspondiente del Estado dejó de pagarse por inexplicables razones (o por desidia o indiferencia de los sucesivos gobiernos).
* A la fecha, la tasa de aporte debería estar (de acuerdo a cálculos actuariales) en el orden del 27% al 30%, lo cual no es novedad, pues diferentes países de la región tienen su sistema previsional militar en porcentajes similares, sino veamos: (según datos de la Asociación Internacional de Seguridad Social)
o En Argentina, la tasa de aporte asciende a 36%, correspondiéndole 11% al miembro aportante y 25% al Estado.
o En Colombia, la tasa de aporte asciende a 27%, correspondiéndole 8% al miembro aportante y 19% al Estado.
o En Venezuela, la tasa de aporte asciende a 30%, correspondiéndole 5% al miembro aportante y 25% al Estado.

Pero, como usted puede decir que en Venezuela existe un gobierno cuasi militarizado, entonces le presento a continuación cómo maneja Chile, su imagen objetivo, el tema de pensiones la Caja de Previsión de la Defensa Nacional (CAPREDENA):

o En Chile, la tasa de aporte asciende a 26%, correspondiéndole 7% al miembro aportante y 19% al Estado. A esta situación debe agregarse que en el presente año la Presidenta Bachelet ha aumentado los salarios del personal de sus fuerzas armadas y carabineros hasta en un 12,7% adicional. Y es que los gobernantes chilenos son estadistas que consideran que sus fuerzas armadas son un seguro para su supervivencia como Estado y para proteger sus inversiones.
* Es indudable que durante los periodos de gobierno de 1990 al 2000, el corrupto manejo de la CPMP comprometió los fondos de la misma y los responsables están pagando sus delitos; sin embargo es bueno saber que el incumplimiento del aporte estatal que le corresponde según ley, ha causado que al mes de Enero 2010 la deuda del Estado ascienda a la suma de MIL TRECIENTOS MILLONES CUATROCIENTOS CINCUENTA Y TRES MIL NUEVOS SOLES (S/. 1,300´453,000.00) según datos de la Gerencia de Pensiones de la CPMP.
* Señor presidente, admítalo, tanto usted (en sus dos administraciones) como los otros presidentes en las dos últimas décadas han incumplido el pago que están obligados a hacer y que actualmente, es la principal causa del desfinanciamiento de La Caja. ¡Ordene usted el pago de la deuda presidente!
* Además, es necesario aprobar el proyecto de norma legal ha sido presentado hace ya bastante tiempo y que dispone el incremento de la tasa de aporte al 20%, debiendo corresponderle 8% al miembro aportante y 12% al Estado; esta medida permitirá su sostenibilidad en el tiempo.

3. Respecto de la cédula viva y, basado en las disposiciones constitucionales, lo invito a hacer la siguiente reflexión:



La Constitución Política del Perú establece la finalidad de las Fuerzas Armadas; éstas existen primordialmente para garantizar la independencia, la soberanía y la integridad territorial de la República y, adicionalmente asumen el control del Orden Interno de conformidad con el artículo 137º de la Constitución. Por su parte, la Policía Nacional tiene por finalidad fundamental garantizar, mantener y restablecer el orden interno. Además previene, investiga y combate la delincuencia así como vigila y controla las fronteras.

Esta finalidad constitucional de las FFAA y de la PNP exige que el régimen laboral, tareas, funciones, actividades, responsabilidades, obligaciones y derechos de su personal sean distintos, diferentes a la de cualquier otro servidor público. El personal que ingresa a las FFAA es sometido a un riguroso examen de selección previo a su admisión, se le exige condiciones y aptitudes especiales durante su preparación profesional y cuando una situación externa o interna pone en riesgo la seguridad nacional, el gobierno, la población peruana, la nación entera exige y espera que sus FFAA cumplan con sus deberes y obligaciones, aunque ello implique el sacrificio de las vidas de sus miembros durante el ejercicio activo de sus funciones.

Citando sumariamente nuestro Código de Ética, le decimos presidente que los miembros de las fuerzas armadas somos peruanos, ciudadanos de un estado democrático, con vocación militar. Somos guerreros vistiendo el uniforme de las Fuerzas Armadas del Perú. Hemos escogido dedicar nuestras vidas para defender la independencia, la soberanía, la integridad territorial de la República. Tenemos derechos y deberes constitucionales, por lo tanto nuestro accionar lo hacemos en estricta observancia de la Constitución Política. Hemos sido formados y educados militarmente para servir a nuestra patria con integridad, disciplina y lealtad. Nos instruimos, entrenamos y preparamos profesionalmente, con dedicación y voluntad para alcanzar el dominio y lograr eficiencia y capacidad en el empleo de las armas que la nación nos confía. Somos conscientes que solamente debemos emplear la fuerza militar para defender a nuestra nación, la libertad, la vida de nuestros conciudadanos y la paz de nuestro pueblo. Por nuestro honor actuamos con coraje y somos valientes en el combate, llegando hasta el sacrificio de nuestras vidas si es necesario.

Por ser la actividad profesional militar y policial sumamente diferenciada de las demás actividades públicas, la Constitución, las leyes y normas del estado peruano han establecido regímenes diferentes en lo jurisdiccional, en lo referente a derechos políticos, en lo jurídico y en lo laboral así como en lo pensionario. Adicionalmente a estas normas, como usted bien sabe, nosotros no tenemos horario fijo, estamos disponibles las 24 horas del día; trabajamos en zonas inhóspitas, peligrosas y zonas de frontera; muchas veces no tenemos vacaciones ni descanso; tenemos una modalidad de trabajo que nos impone situaciones de inamovilidad general con perjuicio de nuestras familias y además nuestras vidas están en constante peligro.

En síntesis señor presidente, si la Constitución Política establece normas, responsabilidades y prohibiciones exclusivas para las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional y las leyes y sus reglamentos precisan que el régimen laboral, tareas, funciones, actividades, responsabilidades, obligaciones y derechos de su personal sean distintos, diferentes a la de cualquier otro servidor público … ¿Por qué razón trata de compararnos con otros funcionarios del Estado que no tienen las mismas funciones y responsabilidades?

Si nuestra labor es totalmente diferente a la de cualquier empleado público o privado pues se trata de arriesgadas funciones que ejercen (solamente) las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional conforme usted lo ha afirmado en el Tercer Considerando del decreto de urgencia; entonces, la conclusión lógica es que, por esas y otras muchas razones es que debemos tener un trato diferenciado en nuestro sistema remunerativo y pensionario.

Terminaré esta misiva, transcribiendo algunas de las conclusiones de la Organización Europea de Asociaciones Militares, aprobadas en la Declaración de Sevilla, España por 24 delegaciones de igual número de países y que le agradeceré lea con atención:

“Hoy día, se exige mucho de un militar: que sea un combatiente, pero además que actúe como un diplomático, o un policía y que acuda, a menudo el primero, a ayudar a mujeres y niños y se convierta literalmente en el escudo protector de los seres humanos que sufren”.

“Por ello los gobiernos están obligados a formar adecuadamente a sus militares, ofreciéndoles la máxima protección personal y también a adaptar sus armas y equipos necesarios a las nuevas condiciones de intervención”.

“Esto exige considerables medios financieros, al igual que para proteger el nivel social de todos los militares, en activo, retirados o en reserva, y de sus familias, y también crear condiciones de vida sociales y económicas más atractivas. Sólo así puede crearse un ambiente positivo en la sociedad que garantice vocaciones de calidad para todos los niveles de mando militar”.


Si esto no lo ve usted así, entonces toda la filosofía en la que descansa la naturaleza de la labor militar y policial habrá sucumbido en nuestro país, con el peligro que eso constituye.

Presidente, está usted a tiempo de rectificarse.


Mayor General FAP
Carlos Ordóñez Velázquez
DNI: 43314159

CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE ALAN GARCIA

Aún cuando nuestra principal preocupación es la recuperación de la operatividad y capacidad disuasiva de nuestras Fuerzas Armadas para la eventualidad, no muy remota, de tener que hacer frente a una amenaza exterior; esta vez debo ocuparme de un problema no menos importante porque atañe al personal, principal activo de las FF.AA. y la Policía , y es el problema referido a su remuneración, es decir a la justa contraprestación por los servicios prestados.

Hace poco, en una ceremonia en el distrito de Ventanilla, en relación al aumento salarial y al bono propuesto por el congreso, usted afirmó que se preocupa más por aquellos que no tienen trabajo, ya que los miembros de las FF.AA. y la PNP , como trabajadores estatales, tienen estabilidad absoluta para toda su vida.

Lo que se puede leer entre líneas sin mucho esfuerzo, es que usted piensa que tanto los policías como los militares deberían agradecer por tener un trabajo con estabilidad y no reclamar nada.

Hoy podemos confirmar que usted ha engañado nuevamente al pueblo peruano así como a sus Fuerzas Armadas y Policía; sino veamos:

Ya a fines de su primer gobierno, promulgó el D.S. 213-90-EF que homologaba los sueldos de los miembros de las fuerzas del orden, norma legal que nunca (ni aún en los años transcurridos de ésta su segunda administración) se ha hecho efectiva. Usted podrá decir que los gobiernos que le sucedieron debieron haber implementado dicha norma, pero lo cierto es que ése, fue otro embuste más de su parte.

Años más tarde, en medio de la campaña para el período 2006-2011, usted publicó su Plan de Gobierno, en donde se puede apreciar dentro de sus objetivos al 2011, el “Objetivo Seis: Defensa Nacional” y la Propuesta 367. “Homologar los sueldos de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional a través de una ley de haberes”.

Es más, el 1º de febrero de 2006, y aún como candidato, usted se presentó (a su solicitud) en la Asociación de Oficiales Generales y Almirantes ADOGEN para hacernos saber de su Plan de Gobierno respecto de las FF.AA. y su problemática operativa y salarial. En esa presentación proselitista usted nos ofreció que, de ser elegido presidente, solucionaría el problema salarial de las FF.AA. a los 180 días de asumir el cargo.

Pero… ¿Qué pasó con sus promesas electorales? …¿al tomar el mando de la nación todos los planes y promesas pasaron al olvido? Ahora recordamos nuevamente su famosa frase: “En política no hay que ser ingenuo”.

Ahora que se encuentra a poco más de un año de culminar su mandato, rechaza y observa el mencionado proyecto de ley, asegurando que el ejecutivo va a preparar un proyecto de homologación que remitirá oportunamente al parlamento. Pero estamos seguros que ésta será una mecida más.

Es usted capaz de promulgar para el mes de julio de 2011 otra norma similar a la de 1990, que también quedará en nada.

Así, nos damos cuenta que la demagogia es otra de las “virtudes” que quedaron de su primera administración.

Por otro lado, usted no puede compararnos con sus compañeros, con los que -según crónicas periodísticas- usted ha copado la administración pública por el sólo “mérito” de contar con el carné aprista.

Sepa usted que los miembros de las FF.AA. y la Policía tienen características particulares que los hace diferentes de los demás trabajadores estatales y a sus compañeros burócratas; veamos:



· Nosotros estamos disponibles trabajando para el Estado las 24 horas del día, los 365 días del año.

· A diferencia de sus funcionarios, nosotros no cobramos horas extras, ni sobre tiempo a pesar de mantenernos en las bases y cuarteles o comisarías sin horario de salida y cubriendo guardias o patrullas a cualquier hora, en zonas de emergencia o en las fronteras.

· No escogemos nuestro lugar de destino o centro de trabajo, ni podemos negarnos a trabajar en las diferentes bases y cuarteles del país, cosa que si pueden aducir sus funcionarios que por ley no pueden ser cambiados de su centro laboral sin su consentimiento.

· Nuestras familias deben sacrificarse con estos cambios de empleo pues muchas veces tienen que vivir adaptándose constantemente a los cambios de localidad, o viviendo separados por las características de las localidades de empleo como zonas de emergencia, zonas de frontera, lugares inhóspitos, etc.

· No tenemos como usted y sus altos funcionarios, catorce sueldos al año (un sueldo completo por navidad y otro por fiestas patrias) y, cuando pasamos al retiro no tenemos compensación por tiempo de servicios (CTS).

· Muchas veces, por exigencias del servicio y la vida militar, no podemos hacer uso del período vacacional y no tenemos compensación por ello y tampoco podemos acumular esos períodos para hacer uso de los mismos posteriormente.

· Pero, lo que nos distingue principalmente, es el hecho que nuestras vidas están en constante peligro, arriesgándonos diariamente en la lucha contra la delincuencia, el terrorismo o en operaciones de entrenamiento para caso de guerra exterior; cosa que no sucede con sus funcionarios que a lo más corren el peligro de tropezar con su frigobar, o sufrir un infarto por la vida sedentaria que llevan.


Ahora, nos sale usted con la descabellada idea de que va a reajustar los salarios solamente a aquellos que han entregado su vida en el campo; aquellos que están en zonas de peligro o condiciones difíciles, pero no para quienes -según usted- han estado laborando tras los escritorios los últimos quince años (o sea desde 1995 hasta la fecha) y además plantea que militares y policías sean evaluados por los alcaldes y universidades.

Cómo se nota que tiene usted una gran ignorancia de lo que son las operaciones en las FF.AA. y la Policía.

Y lo que pasa es que usted debería asesorarse mejor para no hablar falacias; pero por el contrario, al designar como Ministros de Defensa a funcionarios o personajes que “siempre” han estado tras un escritorio y que no saben, ni tienen la menor idea de lo que implica la Defensa Nacional , la consecuencia lógica es que usted no atine a hacer o decir nada, medianamente adecuado.

Primeramente, debería usted saber lo que son “ámbitos de operación”, lo cual implica que la Fuerza Aérea opera en el espacio aéreo; la Marina de Guerra en el ámbito marítimo y fluvial, y el Ejército y la Policía Nacional en el ámbito terrestre principalmente; todo esto independientemente de los efectivos de fuerzas especiales con que cuentan todas las armas.

Debo recordarle que todas nuestras instituciones armadas han tenido bajas en combate, como los últimos pilotos de helicóptero y soldados aniquilados por los terroristas en el VRAE y los policías asesinados vilmente en Bagua por la ineptitud de sus altos funcionarios quienes, desde luego, sí que estaban tras un escritorio mientras nuestros policías eran masacrados.

Por otro lado ¿usted cree que nuestros submarinistas o nuestros pilotos de combate no están en “zonas de peligro o condiciones difíciles” y que no arriesgan sus vidas patrullando y vigilando constantemente nuestras fronteras? ¡Piénselo un poco, haga ese esfuerzo!

Segundo, al decir usted que los que han entregado sus vidas recibirán el aumento… ¿Usted quiere decir que debemos morir para que nuestros deudos puedan recibir un pequeño aumento, ya no como sueldo, sino como pensión de viudez y orfandad? Si eso es lo que quiere decir, debo reconocer que es una frase llena de cinismo.

Tercero: ¿No se ha puesto a pensar que aquellos que, según usted, se han mantenido en los últimos quince (15) años en trabajos de oficina, son los mismos que en los peores años del terrorismo estuvieron combatiendo en el campo, mientras usted llevaba al país a su peor crisis moral y económica, en un gobierno donde primó la corrupción y los intereses partidarios? ¿Ya se olvidó de esto? Nosotros no lo hemos olvidado.

Cuarto… ¿Que los militares y policías sean evaluados por Alcaldes y las universidades? …Oiga, en este punto si que necesita usted ayuda urgente, aquí demuestra además de su ignorancia sobre el particular, su total desprecio por las FF.AA. y la PNP.

Por si usted no lo sabe, las Fuerzas Armadas trabajan con una evaluación constante todos los días y todos los años, tanto en el aspecto operativo como el profesional y académico, y que los cursos Básico, de Estado Mayor y Alto Mando son complementados con diplomados y maestrías dictadas por las más prestigiosas universidades del país. Le sugiero que haga algo muy fácil, pregúnteles a los Comandantes Generales, ellos se lo podrán demostrar. Esa evaluación constante es el tamiz que permite que lleguen a los altos mandos los más capacitados. Esa es la verdadera meritocracia, no la que usted pretende imponer.

¿Y usted quiere que nos evalúen sus Alcaldes? Eso sólo lo puede proponer alguien que no tiene idea de lo que está hablando.

Felizmente, el pueblo ya los evaluó a ustedes los del Poder Ejecutivo, sus representantes en el Congreso, y los apristas en el Poder Judicial que han recibido la más baja calificación y el más grande repudio de todo el Perú.

El último ejemplo de lo que digo, es la reciente denuncia de un diario local que ha comprobado cómo su compañero y Presidente del Congreso Luís Alva Castro les ha aumentado el sueldo a sus secretarias, diciendo que en realidad sólo les ha homologado lo que les corresponde “por su delicada y responsable misión”. Aquí, usted no dice nada por supuesto, porque se trata de su partido.

Así, recientemente usted también ha condecorado a algunos burócratas apristas “por su entrega para dar mejor calidad de vida a las personas”, encontrándose entre ellos nada menos que el Presidente de EsSalud, responsable político de la carnicería que está sucediendo en los hospitales bajo su administración. ¿Usted cree que al señor Villanueva, que le amputaron la pierna equivocada le han dado mejor calidad de vida?

¿Cree que los miles de pacientes del Hospital Sabogal y otros nosocomios, que protestan diariamente por la pésima atención sienten que tienen mejor calidad de vida?

Señor presidente, creo que usted debería reflexionar un poco más, antes de hablar y actuar. Usted es mezquino con aquellos que han permitido que la democracia permanezca como sistema de gobierno.

Por último le hago recordar sus propias palabras en su Mensaje a la Nación el 28 de julio de 2007: “En la paz se dice que el ciudadano se olvida de Dios y vitupera al soldado; en la guerra invoca a Dios y llama al soldado”. Y eso es justamente lo que usted está haciendo: vituperando del soldado. ¡No espere que llegue la guerra, Presidente!


Cordialmente,

Mayor General FAP
Carlos Ordóñez Velázquez
DNI: 43314159